El Concierto para orquesta de Béla Bartók fue un encargo que le hizo el director Serge Koussevitski, en memoria de su difunta esposa. En el título se refleja la admiración de Bartók por el virtuosismo de la orquesta del director.
Lo vamos a ver en una ejecución de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles dirigida por Zubin Mehta.
La Introducción (Allegro non troppo-Allegro vivace) empieza en un tono misterioso, con un tema tocado por las cuerdas bajas acompañado por un susurro del violín de trémolo. Poco a poco se van añadiendo los otros grupos instrumentales hasta que el allegro vivace se inicia con un tema tocado por los violines. El segundo rtema lo introduce un solo de trombón.
Juego de pares. (Allegretto scherzando) Consta de parejas de instrumentos que se van moviendo en paralelo: a los fagotes les siguen los oboes, clarinetes, flautas y las trompetas.
Elegía (Andante, non troppo) Bartok la llamaba «canción de muerte lúgubre». El tema de apertura recuerda el de la introducción. La sección para flautas y clarinetes está acompañada por cuerdas y arpa. La música se va volviendo más agitada hasta que reaparece el apasionado tema del primer movimiento.
Intermedio Interrumpido (Allegretto) Aparentemente influenciado por la Sinfonía nº 7 de Shostakovich, de cuyo patriotismo Bartok hizo una parodia estridente, con una respuesta de las trompetas con sordina, clarinetes y trombones.
Finale (Presto) El final se anuncia con una fanfarria de trompa y cuerdas. La agitación del movimiento no sólo no afloja en ningún momento sino que va in crescendo hasta la culminación brillante de una de las más magnífica obras para orquesta del siglo XX